Después de ser abandonada por su esposo, luchar sola con sus cinco hijos y caminar por los callejones y aldeas de nuestro municipio vendiendo leche de cabra, Vicky, como le decimos de cariño, venció la depresión y la miseria emocional, cuando conoció a la persona que la sacaría del poso de desesperación en el que vivía. Ella misma lo expresa de esta manera: «Yo pensaba que una persona pecadora…